CÓMO NO ENAMORARSE…

El humano es un ser muy frágil, más aún tratándose de su corazón, su órgano vital, y no me refiero precisamente a problemas de salud, aunque, pensándolo mejor, el estar enamorado si bien no es un problema cardiaco, pero sí emocional. 


En un estado así, la mujer o el hombre están peligrosamente vulnerables, expuestos a todo tipo de riesgo. Quizás exagero un poco, pero el testimonio de quienes ya vivieron esto lo hace ver de esa manera. Nuestro entrevistado es simplemente Vicho, ya que incluso se olvidó de su nombre, es tímido para las fotos y un poco agresivo si le insistes. Pero entonces, no sería sencilla la nota. Puede ser difícil, si uno sigue el ejemplo de quienes ya están sentimentalmente involucrados.  

Sería quizás menos complicado si vemos su corazón, si evitamos toda aquella “locura” por lo que Vicho y otros pasaron. Vicho duerme debajo de las gradas olvidadas por la Alcaldía municipal que dan a la avenida Sagrado Corazón.

Recuerdos. En la memoria de Vicho está cómo un día, al entrar en una oficina a la que regularmente iba, se encontró con el ser más maravilloso que sus ojos pudieran haber visto, se quedó mirando los de ella, evitando parpadear para no perderse un solo segundo de aquel mágico momento, en el que no existía nadie más, pese a que estaban ahí varias personas. “No me importa”, agregó. Su atención estaba fijada en una sola. A partir de ello, su cerebro guardaba su bella imagen para no olvidarla nunca y su corazón latía a un ritmo más acelerado siempre que la veía. He ahí uno de los “problemas”, verla, querer por sobre todo verla. Esperando que llegue el siguiente día para volver a verla.  Espera y más espera, eso sin duda implica pensar sólo en eso, y suma otro conflicto, no se la puede sacar de su mente ni por un instante, dejando de lado la concentración que requiere para desarrollar sus actividades de forma tranquila. “Estaba loco”, dice.


¡Cuál tranquilidad! “Si estás lejos de ella”, surgen las ansias de que el tiempo pase lo más rápido posible para poder ir hasta el lugar aquel en el que podrán encontrarse. “Lleno de desesperación y deseo. ¡Oh no!”, más el deseo de verla y escuchar su voz le invade, a tal punto que va por la calle repitiendo una y otra vez su nombre “Ñañay, Ñañay” y lo que le dirá apenas la vea, e imaginando qué escucharán sus oídos de aquellos labios de ensueño que son el complemento ideal de tan magnífica creación, y apresura el paso.

Al fin. Prácticamente, Vicho la busca en todas partes, incluso en la basura que él acumula. Llega ese momento, y queda prácticamente inmovilizado, quieto, aterrado, no sabe qué decir ni qué hacer. Queda otra vez cautivado por tanta hermosura; los latidos de su corazón van tan de prisa que pierde el control y empieza a temblar. “Tu cerebro, el que debiese actuar de forma inteligente, está fuera de servicio”, agrega. Así que estás solo, le preguntamos. “Sí, frente a ella, disfrutando de sus lindos ojos”, responde. Además se le ve gozando de su tierna sonrisa, contemplando su cabello, tratando de recordar qué locuras no debía hacer para enamorarse.

texto: MIRADAS.
fotos: Internet. 
Por: VICHO. 
yo_el_farith@hotmail.com

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